Crecimos tan rápido que se nos olvidó vivir
- Mariony Enid
- 3 jul
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 9 jul

A veces me detengo y pienso en todas las vueltas que ha dado mi vida. En lo que corrí por alcanzar. En lo que dejé atrás sin mirar. ¿Sabes cuál me parece la ironía más grande? Que pasamos años con prisa por crecer, por llegar a ser algo o alguien, y un día cualquiera, suspiramos por volver. A la infancia. A los días lentos. A la calma sin nombre. A cuando todo parecía eterno. Perdemos la salud persiguiendo el dinero, y luego gastamos el dinero tratando de recuperar la salud. Pensamos tanto en el mañana, con ansiedad, con listas, con metas, que se nos olvida por completo el ahora. Y así, ni vivimos el presente, ni llegamos del todo al futuro. Vivimos como si tuviéramos tiempo de sobra, como si la muerte no fuera con nosotros. Y cuando por fin nos damos cuenta, no vivimos, solo existimos. La vida está llena de contradicciones. De idas, vueltas, pausas y empujones. Así que quédate donde haya risa, donde haya amor, donde haya calma. Disfruta lo que tienes hoy, porque eso, y solo eso, es lo que de verdad es tuyo.


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